«Me atrae la experiencia extrema del cuerpo, sus límites, su exploración plena. Luego, el amor (y el sexo, por añadidura) son nucleares a mi obra y la sangre no es, en todos mis libros, una aparición concreta, pero está allí, corriendo por las venas de los personajes, a veces brotando, a veces contenida. Creo que soy una persona sanguínea (no necesariamente sanguinaria, aunque…) y escribo desde esa pulsión».

Lee la entrevista entera aquí: